Dyson se ha convertido en sinónimo de productos de alto rendimiento, tecnología, diseño e innovación. James Dyson, el inventor y empresario que lo hizo posible, cuenta su extraordinaria e inspiradora historia en su libro Invention.
En un periodo de cuatro años, James Dyson fabricó 5.127 prototipos de la aspiradora ciclónica que transformaría la forma de limpiar las casas de todo el mundo. Dedicar todos sus recursos a la iteración fue clave. A día de hoy, sus productos (aspiradoras, secadores y moldeadores de pelo, ventiladores y purificadores) no sólo son tecnologías revolucionarias, sino clásicos del diseño.
En Invention, Dyson revela cómo llegó a crear su propia empresa y la llevó a convertirse en una de las compañías tecnológicas más inventivas del mundo. En esta edición, te resumo los aspectos clave de una biografía impresionante:
Acepta y busca el fracaso
Soluciona tu problema
Ten un propósito
Sumérgete en temas que desconozcas
Adáptate al cambio
No subcontrates procesos clave
Un producto excelente es el mejor marketing
No pierdas el control de tu empresa fácilmente
El futuro de la educación
Acepta y busca el fracaso
Aprender por ensayo y error, o experimentación, puede ser apasionante, y las lecciones aprendidas quedan profundamente grabadas. Aprender fracasando es una forma extraordinariamente buena de adquirir conocimientos. El fracaso debe ser bienvenido en lugar de evitado. Forma parte del aprendizaje y no hay que temerlo.
Aprender haciendo cosas es tan importante como aprender por la vía académica. La experiencia visceral es un poderoso maestro. Quizá deberíamos prestar más atención a esta forma de aprendizaje.
Dyson asegura que los momentos Eureka son muy raros. Lo más habitual es empezar probando una configuración concreta y, haciendo un cambio cada vez, empezar a entender qué funciona y qué falla.
De los 5.127 prototipos que hizo de la tecnología ciclónica para la primera aspiradora, todos menos el último fueron un fracaso. Sin embargo, al mismo tiempo que resolvía minuciosamente un problema, estaba llevando a cabo un proceso de autoformación y aprendizaje. Cada fracaso le enseñaba algo y era un paso hacia un modelo de trabajo.
Soluciona tu problema
A James Dyson le ayudó el hecho de diseñar productos que él mismo iba a usar, ya que entendía claramente las necesidades.
Con sus invenciones, utilizó sus propios sentimientos e interpretó los productos para decidir si era algo que le atraería lo suficiente como para querer comprarlo. Es más fácil y seguro arriesgarse con un producto si es uno que tú mismo utilizarías.
Un claro ejemplo fue cuando le dijeron que nadie querría ver el polvo aspirado por un limpiador dentro de un recipiente transparente. Un simple estudio de mercado lo confirmó.
Sin embargo, sus compañeros y él disfrutábamos viendo la suciedad que habían extraído con todo lujo de detalles, así que ignoraron el estudio de mercado. Curiosamente, y aparte del hecho de que la nueva limpiadora era claramente potente y con succión constante, esto es exactamente lo que a los clientes sí les gustaba ver. Les fascinaba ver cuánta suciedad habían conseguido limpiar.
Ten un propósito
No trabajé en esos 5.127 prototipos de aspiradoras ni fundé Dyson para ganar dinero. Lo hice porque tenía un deseo ardiente de hacerlo.
Cuando se diseña algo, todo tiene que tener una razón de ser. Tiene que haber un porqué. Dyson también enfatiza la importancia de mantener el espíritu de aventura y de no tener miedo de ser original y pionero.
Sumérgete en temas que desconozcas
La experiencia en un sector no siempre es relevante para inventar algo. De hecho, para ser pionero e inventar una nueva tecnología hay que adentrarse en lo desconocido y, en ese terreno, la experiencia puede ser un obstáculo.
Los expertos tienden a confiar en que tienen todas las respuestas y, debido a este rasgo, pueden matar las nuevas ideas. Pero cuando intentas abrir nuevos caminos, no te interesa estancarte en las convenciones de la ingeniería ni en el fango intelectual.
Adáptate al cambio
Las empresas siempre tienen que cambiar para mejorar en lo que hacen, planean hacer e incluso sueñan con hacer en el futuro.
La frase de que la única certeza es el cambio es muy real. Y esto, para una empresa, puede significar abandonar lo que ha construido para reconstruirlo con más fuerza o matar su propio producto de éxito con otro mejor.
No subcontrates procesos clave
La experiencia me enseñó que, idealmente, un fabricante debería procurar abastecerse lo menos posible fuera de la empresa.
En 2020, Dyson fabricó 24 millones de motores al año en sus propias líneas de producción. Estos motores se ensamblan completamente con robots las 24 horas del día, los 7 días de la semana, en sus fábricas totalmente automatizadas. Poder controlar todos los aspectos de la producción, la calidad y el desarrollo de sus motores es una de las claves de su éxito.
Un producto excelente es el mejor marketing
No creo en la teoría de que las grandes campañas de marketing puedan sustituir a los grandes productos. Lo que dices debe ser fiel a lo que eres.
El boca a boca y los editoriales siguen siendo la mejor manera de contar lo que se ha hecho. Es mucho más creíble que la publicidad y un verdadero cumplido que periodistas inteligentes quieran hablar de tu producto por voluntad propia.
No pierdas el control de tu empresa fácilmente
Antes de fundar Dyson Ltd., James Dyson llevó a cabo una serie de proyectos empresariales, incluyendo la creación de la Ballbarrow, una carretilla de una sola rueda diseñada para maniobrar fácilmente en terrenos difíciles. Aunque la Ballbarrow no se consideró un éxito comercial, proporcionó a Dyson experiencia y aprendizajes que luego aplicó en el desarrollo de sus exitosas aspiradoras.
Para lanzar esos proyectos recurrió a créditos y a inversores externos, cosa que eventualmente le hizo perder la patente que había conseguido y la totalidad de la empresa. En su siguiente capítulo no iba a cometer el mismo error.
Cuando eres dueño de toda la empresa, y sobre todo si no tienes deudas, desde el principio y para bien o para mal, todas las decisiones son tuyas. Así que te las tomas muy en serio y sigues tu propia visión del riesgo equilibrada, esperemos, con la recompensa. Esto, sin duda, agudiza la mente.
El futuro de la educación
Aprender haciendo. Aprender por ensayo y error. Aprender fracasando. Todas ellas son formas eficaces de educación. Y ésta es esencial a medida que el ritmo del cambio y la competencia se intensifican.
Creo que perdemos una gran oportunidad al no atender a los jóvenes para los que el mundo académico carece de interés real si es puramente cerebral y no se aplica.
Según Dyson, la educación debe centrarse en la resolución de problemas y no en retener conocimientos simplemente para aprobar exámenes. La resolución de problemas es algo para lo que los jóvenes son buenos por naturaleza. Dado que hay una enorme escasez de ingenieros, necesitamos una forma de educar a los jóvenes que haga que la asignatura sea tan maravillosa y apasionante como es.