#011 Principios de liderazgo con Jocko Willink
El liderazgo es y siempre será una de las actividades más desafiantes para la especie humana. El autor del libro que repasamos hoy, explica unos principios que pueden venirle bien a cualquier persona con responsabilidad dentro de un equipo.
Jocko Willink es un retirado de la Marina de Estados Unidos y lleva años enseñando una metodología para liderar, que puede equipararse a lo que él ha vivido en el campo de batalla.
Hoy hablamos de Leadership Strategy and Tactics. No te irás igual después de leer el post de hoy.
Principios de liderazgo
A continuación destacamos 12 de los principios básicos que Jocko Willink trata en su libro:
Humildad
Una de las virtudes más importantes en un líder es la humildad. Cuanta más experiencia uno tiene, más fácil es mirar por encima del hombro a los compañeros. Pero es justo la actitud contraria la que puede hacer que el equipo quiera seguir los pasos de alguien. Ser humilde y respetar a los demás. De eso se trata.
El poder de las relaciones
Otro elemento clave para liderar equipos excepcionales es la habilidad de crear relaciones de confianza. Tanto con personas por encima como por debajo en la cadena de mando. Si hay buenas relaciones, hay comunicación efectiva. Y si hay comunicación efectiva, el equipo es más fuerte. Willink propone conseguirlo con ejecución y buen rendimiento. Si algún superior te pide algo, hazlo bien y a tiempo.
¿El líder nace o se hace?
Hay ciertos rasgos humanos con los que podemos nacer que pueden ser beneficiosos para liderar. Uno de ellos es la facilidad para comunicarnos. Otra puede ser la habilidad para analizar problemas complejos y simplificarlos. Ser capaces de leer la gente y tener confianza y carisma también es clave. Sin embargo, todos los líderes tienen fortalezas y debilidades. Y todo se puede practicar y mejorar. Pero un buen líder es el que crea un equipo que contrarresta sus debilidades.
Honestidad
Ser sincero y honesto es una de las cualidades más esenciales para liderar. Hay que decir la verdad a los empleados, a los superiores y a los compañeros. Y, sobre todo, a uno mismo. Hay verdades fáciles de comunicar, pero las hay que requieren tacto. No decir la verdad es sinónimo de pérdida de confianza. Y no hay que esperar para mantener conversaciones difíciles. Cuanto más se espera, más difícil se pone. Atácalo.
Extreme Ownership
Uno de los principios más importantes a comprender para la figura del líder es el famoso “Extreme Ownership”. El autor lo define como la regla para entender que el líder es responsable de todo. De absolutamente todo. Habrá personas que no entiendan que un pequeño error de un subordinado tenga que recaer en la responsabilidad del líder, pero es así. Independientemente de la razón del fallo, es culpa del líder. Porque es responsable de todo lo que la gente de su equipo hace.
Recoger mierda
Los líderes tienen que liderar, ir a reuniones, preocuparse del trabajo administrativo y trabajar para tener un plan a corto y largo plazo. Pero esto no significa que de vez en cuando tengan que ensuciarse con el resto del equipo y hacer faena que provoque incomodidad o sufrimiento. Ocasionalmente, vale la pena hacerlo para ponerse en la piel de quienes lo hace diariamente y para ganarse su confianza.
Liderazgo desde atrás
Un líder tiene que liderar desde el frente cuando haya que dar buen ejemplo: tratar gente con respeto, preocuparse por las personas o ser profesional. Esto hará que el resto del equipo lo observe y lo imite. Pero hay momentos donde los líderes deben guiar desde atrás. Si se meten en todos los minuciosos detalles de las operaciones del día a día, acaban perdiendo visibilidad de los eventos más amplios del negocio. Y se debilita la capacidad de decisión. Además, cuando hay que idear soluciones a problemas, son las personas que más cerca están de ellos las que van a poder hacer aportaciones valiosas. No hay que inhibirlas.
Importante vs no importante
El líder observa cambios en todas partes. Los hay de externos e internos. Pueden tener que ver con el mercado, el comportamiento de la competencia o en los consumidores. Pero también pueden verse en las dinámicas de las relaciones o en la motivación del equipo.
Lo que es esencial para un líder es determinar qué cambios son importantes y cuáles son meras distracciones. No son pocos los que gastan demasiada energía en aspectos que no van a impactar en los resultados que necesita la empresa. Para separar los temas importantes de los menos importantes hay que saber dar un paso atrás y analizar globalmente.
El miembro más importante del equipo
Sin tener que mentir, hay que llegar a un punto donde todas las personas del equipo puedan escuchar que su trabajo es crítico. Házselo saber. Explica a cada persona qué es lo que puede pasar si no hacen su trabajo bien y cómo sus tareas acaban impactando en la misión estratégica del negocio.
Rango de control
¿A cuánta gente se puede liderar a la vez? Depende mucho de cada situación. Lo que está claro es que si acaban habiendo demasiadas personas bajo tu control, lo más efectivo será que alguien del equipo emerja como líder de grupos más pequeños. Esto te permitirá volver a un rango de gente gestionable. Se dice que el límite de personas a las que se puede liderar está entre 8 y 10. Si el número es mayor, es difícil tener tiempo suficiente como para hacer seguimiento de todos los líderes subordinados.
Disciplina
Que el equipo tenga autodisciplina es el mejor escenario posible. Pero no siempre es así. Puede que no entiendan la recompensa que hay detrás de la disciplina.
Cuando se da una orden, es probable que los miembros del equipo no lo quieran hacer o pongan obstáculos. En este caso, lo mejor es explicar el porqué y estar seguro que entienden los beneficios de la misión. Trata de dar espacio para que puedan ejecutar, pero siempre debe existir una voluntad propia de su disciplina interna. La disciplina impuesta suele ser una manera poco efectiva de liderar.
Evita los lameculos
Como líder, debes evitar estar rodeado de lameculos. Es decir, personas que van a estar de acuerdo con todo lo que digas. Si no soportas que algún subordinado pueda poner en duda tus decisiones, probablemente tengas el ego un poco hinchado.
Y como empleado, no deberías ser este tipo de persona. Deberías hablar cuando algo no tiene sentido. El progreso se construye con el desacuerdo. Si te hace estar incómodo el hecho de cuestionar a tu superior, trabaja la confianza.